El Programa de acompañamiento Consalud Camina contigo, en sus 9 años de historia, ha recogido muchas experiencias de vida, experiencias de mucho esfuerzo y resiliencia que resultan ser valiosos testimonios de aprendizaje y fortaleza para otros. A continuación te invitamos a leer el testimonio de Karla Inzunza.
PUBLICADO ELEl Programa de acompañamiento Consalud Camina contigo, en sus 9 años de historia, ha recogido muchas experiencias de vida, experiencias de mucho esfuerzo y resiliencia que resultan ser valiosos testimonios de aprendizaje y fortaleza para otros. A continuación te invitamos a leer el testimonio de Karla Inzunza.
¿Quién eres tú, cómo te describirías a ti y a tu familia?
Soy Karla Inzunza, tengo 37 años, soy enfermera y llevo doce años trabajando en la UPC del Hospital del Salvador. Soy ariqueña, y llevo los mismos doce años viviendo en Santiago, pero siempre ariqueña de corazón.
Estoy casada con Ignacio y tengo una hija de cuatro años, Florencia. Soy hija única, y cuando murió mi papi me traje a mi mamá desde Arica a vivir conmigo. Así que somos una familia pequeña, pero muy unidos y muy alegres.
¿Cuándo comenzaste a notar que algo no estaba bien con tu salud?
La verdad fue un hallazgo, nunca note nada, fui una paciente totalmente asintomática, por lo mismo no tengo idea cuándo esto partió o cuánto tiempo llevaba con cáncer. Tuve unos días y salí de vacaciones, y en mi tercer día de descanso me recosté en el sillón a ver una película y en esa posición palpé un pequeño porotito que estaba al lado del esternón, y me congelé. Como que sin quererlo lo supe inmediatamente. Así que al día siguiente estaba en un ginecólogo para que me diera las órdenes de exámenes, pero antes nunca me sentí mal, nunca sospeché, tampoco tengo antecedentes familiares, la verdad es que no había ningún indicio hasta ese día en el que tuve una corazonada de que algo estaba pasando.
¿En qué fecha te dan el diagnóstico? Esto partió, desde que me auto palpe, en septiembre del año 2020, pero mi diagnóstico final con la biopsia fue el 9 de octubre del 2020, ese día tuve el resultado.
¿Cómo fue para ti el recibir la confirmación del diagnóstico? ¿cómo lo viviste?
Wow… fue fuerte. La verdad es que el proceso de sospecha de cuando estaba haciendo los exámenes, fue muy muy angustiante, porque en mi cabeza yo pensaba “por último prefiero saber ya si tengo o no tengo, para comenzar el tratamiento”. Pero como es todo incierto en ese proceso, es muy angustiante, cuando el doctor me confirmó el diagnóstico, me congelé, se me vinieron miles de sensaciones a la cabeza, angustia, mucha pena. Inmediatamente miré al doctor y le dije “vamos con todo”. Yo no me puedo morir, no me quiero y no me puedo morir. Mi hija tenía dos años, entonces no estaba en mí el dejarla, así que fue como un “No, no cabe la posibilidad de que me pase algo, así que vamos con toda la fortaleza y toda la fe de que voy a salir de esta”.
Comencé inmediatamente mi tratamiento, fue todo rapidísimo. Me operaron muy rápido, tuve mi quimio muy rápido, mi radio muy rápido también. Y eso lo agradezco infinitamente, porque gracias a eso estoy aquí.
¿Quién fue para ti, tu apoyo durante todo ese proceso?
¿Qué mención especial te gustaría hacer?
Principalmente mi familia. Ignacio, que es mi esposo, mi mamá y toda la familia de Ignacio. Ellos fueron mi apoyo y mi pilar. Y mi motorcito para no parar en esto fue Florencia, mi hija.
Pero si tengo que decir quién fue mi pilar fundamental, Ignacio. Él hizo todo por mí, todo. Él se encargaba de pedir las horas, de gestionar todo con la isapre, con la señorita Claudia. Todo lo hacía él, él fue todo. Ignacio me decía “tú preocúpate de estar bien y de mentalizarte en que te vas a recuperar, y yo me ocupo del resto”. Y así fue, tal cual.
¿Cómo cambió o en qué ayudó el estar en Camina Contigo durante tu proceso de recuperación?
Camina Contigo la verdad es que es una gran, gran ayuda y aporte. Porque pacientes como yo, que han padecido de cáncer, necesitan respuesta rápidas, se necesita todo para ayer, y Camina Contigo lo hace perfecto. Principalmente yo me comunicaba con la señorita Claudia Andaur, y no me tenía que preocupar de nada más, ella tenía todas las respuestas que yo necesitaba, cualquier problema que se presentara ella lo resolvía.
Nosotros no tenemos tiempo para burocracia, porque uno se sube a este tren, y este tren va camino hacia la vida, así es, uno va luchando para sobrevivir, entonces lo que menos se necesitan son problemas, todo lo contrario, uno va contra el tiempo. Y gracias a Camina Contigo todo resultó perfecto, voy a estar eternamente agradecida a la señorita Claudia por toda la ayuda que me brindó, y a Cármen Gloria Alarcón, que es mi suegra, y me hizo el nexo con Camina Contigo.
¿Qué le dirías a las personas que están comenzando este proceso?